viernes, 5 de agosto de 2011

ENTREVISTA A ROBINHO EN LA GAZZETTA DELLO SPORT

Había un señor en el Milan hace algunos años, que decía que quería jugar "Fútbol Sexy", se llamaba Ruud Gullit, y más allá de lo que queda por determinar qué puede ser el fútbol sexy, hay un hombre en Milán, que de alguna manera podría tomar su lugar. Robinho físicamente no se compara con el holandés, fuerte y saltador. Robinho es sutil y enérgico, tiene cara de niño, pendientes de brillantes que al tiempo de Ruud se usaban poco, pero algo tiene en común con el holandés: Una gran sonrisa y un fútbol que seduce. Ha fallado muchos goles, pero nadie es perfecto. Pasiones sin contar los errores frente a la puerta, Robinho perfecto no es: a veces llega retardado a las citas y los compañeros se irritan, pero luego lo miran a la cara, y sobretodo miran los datos de Milan-Lab y todo pasa. Robinho es una fábrica de km. Trabajando duro como un medio a pesar de lo suave de sus pies. En Milan, encontró un refugio después de un malentendido Europeo de Manchester.

“No me sorprende que Balotelli no se encuentre bien en Manchester, no es el primero ni será el último". Robinho le desea bienestar a Balotelli, a Cassano y Kaká. "¿Kakà? Es un amigo, si vuelve seré feliz". El beso va a todo el mundo. Y hablando de la supremacía mundial, y más modestamente en Europa "El Milan puede luchar por ganarlo todo. Los favoritos existen fuera del campo, dentro estamos 11 contra 11. El Barça es el equipo más fuerte, pero nadie es imbatible”. Realiza esta inyección de confianza necesario para los fans de Milán después de realismo Galliani ("podemos ganar la Liga de Campeones)".

Robinho pasa al presente y habla de la Supercopa Italiana, su estado de forma, sus ambiciones “¿En el Inter están tranquilos y seguros de ganar? Igual que nosotros. El Milan hará un gran partido. Cassano está bien, jugar con él es fácil porque tiene un talento maravilloso, e Ibrahimovic es una fuerza de la naturaleza. En cuanto a mí, estoy bien y en forma aunque he jugado durante el verano, porque yo jamás me paro, no me gusta pararme. Cuando estoy de vacaciones juego partidos con mis amigos, o juego con mi hijo a pasar el balón, si te paras completamente dos o tres semanas luego es difícil ”.

Palabra santa como esta "Estar en el banquillo no me asusta, porque respeto las decisiones del entrenador y respeto al compañero que juega en mi puesto. Estar fuera me entristece, como le sucede a todos, pero estoy seguro de jugar con alegría, da igual que sean noventa minutos o que sean pocos momentos. Juego donde me pongan. Cierto, como mediapunta tengo la obligación de volver más y ayudar muchísimo a mis compañeros. Para los delanteros no es tanta esa obligación”. Robinho está donde lo pongan, corre y siempre quiere anotar.

Fuente: Gazzetta dello Sport

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