
Cumplida su primera campaña en el Milan, y pese a que le restan cuatro años más de contrato, Ibrahimovic contempla la opción de cambiar de aires con sólo un destino: el Real Madrid. Ibra guarda muy buen recuerdo de José Mourinho de su etapa en el Inter y, sabedor de que el técnico portugués mantiene su deseo de incorporarlo a su equipo, pondrá de su parte para vestir de blanco. Jugar en el máximo rival sería su particular forma de vengarse de Guardiola.
Negocio para el Milan
De llevarse a cabo la operación, el Milan haría un negocio redondo con Ibra. Después de tenerlo cedido esta temporada, el club italiano tiene que hacer efectiva la compra por 24 millones de euros. Pese a sus buenos registros –ha marcado los mismos 21 goles que anotó la temporada pasada con el Barça–, en el Milan también conocen bien el carácter del sueco, que en las últimas jornadas se perdió cinco partidos por dos sanciones diferentes. Además, el mismo Ibra no acaba de tener una relación del todo fluida con su técnico, Massimiliano Allegri, que tiene en Pato a su protegido.
En consecuencia, y tras abonar los 24 millones de euros al Barça, el Milan podrá sacar una buena tajada con el traspaso de Zlatan. Ibra y no Agüero es la prioridad de Mourinho, así que los dirigentes milanistas podrán sacar como mínimo 40 millones de euros por el sueco, un dinero que utilizarían para fichar a Mario Balotelli, ex del Inter y declarado milanista, que no se ha adaptado al Manchester City.
Fuente: El Mundo Deportivo
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